Como criar hijos que se amen

Evitemos la rivalidad entre los hermanos

“Boy and Girl Playing Stock Photo” by Stuart Miller courtesy of freedigitalphotos.net

Descubra por qué hay rivalidad entre hermanos.

Muchas veces los hijos tienen rivalidades entre si.  Cuando hay celos entre ellos, se tratan como si fueran perfectos enemigos. Es lamentable que esto ocurra, pero desafortunadamente es un suceso muy común ver a hermanos que se odian.

¿Por qué ocurre esto?

Desde pequeños todos los niños necesitan la atención de mamá y papá. Si uno de los padres no es lo cariñoso que el niño espera que fuera, el chico lo tomará como un acto de rechazo hacia el. Si encima de eso, viene un hermanito en camino, este último va a ocupar un lugar que el otro niño puede que no este dispuesto a ceder. Ya aquí empiezan los problemas.

A su vez, hay padres que  por falta de conocimiento no son cuidadosos y establecen diferencias entre los hermanitos o los regañan duramente delante del otro, los abochornan, alaban a uno y al otro no, los comparan poniendo a uno de ellos como ejemplo a seguir  acrecentando aun mas los celos entre ellos. El que queda en posición desventajosa, tiende a tornarse rebelde.  Hay niños que no expresan abiertamente lo que sienten  por sus hermanos pero lo manifiestan de diferentes formas. Algunos se muestran abusadores de los mas pequeños, los golpean o les rompen los juguetes o abusan verbalmente de ellos, etc.  Otros son aparentemente mas pacíficos, pero lo sufren por dentro y lo van a exteriorizar haciéndose daño  a ellos mismos, ya sea comiendo demasiado, o no comiendo, juntándose con otros niños que no son una buena compañía, comportándose mal en el colegio o sacando bajas calificaciones, son propensos a enfermarse o puede suceder en ellos cualquier cosa que haga llamar la atención de sus padres.  A esto súmele si hay violencia en el hogar, si ocurre un divorcio o  si hay problemas financieros o situaciones de enfermedad en  la madre o el padre, etc.

Mientras más conflicto haya, más dificil se le hace a los progenitores lidiar con los hijos. Sin embargo, es necesario que a pesar de todo los padres les den a cada uno la atención especial que cada muchacho necesita. Es necesario aprender cómo criar hijos que se amen entre si.

Cuenta Joel Osteen, un motivador y predicador cristiano que su papá le decía a menudo “Joel eres el mejor hijo que he tenido.” Su hermana Lisa relata que a ella también le confesaba al oido  que era su  favorita, pero que no se lo dijera a nadie. A sus otros dos hermanos, los halagaba reiterándoles  exactamente lo mismo. El sensato padre les afirmaba a cada uno por separado que eran sus predilectos. Los valoraba, les dedicaba tiempo, les daba el ejemplo de buenas costumbres para que ellos lo imitaran después. Los cuatro se amaron y se respetaron siempre como lo que son: hermanos.  Hoy en dia, Joel  ocupa el lugar de su padre, después de su fallecimiento como pastor de la iglesia de Lakewood en Texas y sus hermanos lo apoyan y llevan a cabo un hermoso ministerio de una gran familia unida que motiva, alienta y da esperanza a muchas familias más.

Por otra parte, la belleza física, la fortaleza corporal o ciertos talentos son  aspectos que pueden determinar  enemistad entre hermanos sobre todo cuando son marcadamente visibles las diferencias entre ellos. Es necesario que los padres aprendan  a ser sabios. Oren, tengan una relación íntima con el Padre Celestial. Además de eso, en lugar de prestar atención a las cualidades fisicas que cada niño posee, que los padres valoren y admiren más en sus hijos aquellos atributos espirituales que los caracterizan, como la bondad, el agradecimiento, la ternura, la comprensión que cada muchacho manifieste. Así los pequeños van a entender que pueden esforzarse en mejorar lo que está  al alcance de ellos mismos cambiar. Respeten siempre a sus hijos. El verdadero amor incondicional y la consideración a su descendencia van a ayudarlos a combatir la enfermedad de los celos que carcome su interior, les baja la autoestima y los conduce a comportarse como seres egocéntricos, envidiosos y avaros.  Los niños que se sienten amados y a los que se les motiva en fortalecer su naturaleza espiritual, se transforman en adultos íntegros, que pueden compartir  amor,  que respetan, que son tolerantes con los que opinan diferente. Hombres y mujeres amorosos tienen paz interior, buscan la unión entre los seres humanos y se enfocan en el bien común. Estas actitudes son las que cambian el mundo.

Me gustaría terminar con dos pensamientos que he elegido por lo sencillos que son y  profundos  a la vez. El primero es un versículo de la Biblia en Lucas 18:16 donde el maestro Jesus  estimula a que sus enseñanzas fuesen transmitidas a los niños porque ellos son los que saben encontrar con más facilidad el reino de Dios, que no es mas que el estado de paz y realización que el ser humano  alcanza cuando interioriza y pone en práctica esas enseñanzas.

Dejad a los niños venid a mi y no se lo impidais porque de los tales es el reino de Dios.
Jesus  

El segundo pensamiento es de Confusio, filósofo chino del siglo V a. C. que contiene más o menos la misma esencia que explicaba arriba y con éste concluyo:

Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación.
Cuando haya orden en la nación, habrá paz en el mundo
Confusio

 

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