Una Fábula Budista
¿Qué bondad le vas a ofrecer a otros si no te la puedes ofrecer a ti mismo?
Una cobra se encontraba en meditación sobre amor y bondad. Una mujer que pensó que lo que allí había era una soga, la tomó y la usó para amarrar un bulto de ropa. Al llegar a su casa, agarró la cola de la serpiente le dio varias vueltas para impulsarla en el aire y lanzó la ropa encima de una mesa. La serpiente toda golpeada y adolorida fue a su maestro budista y le dijo:
_Debes estar orgulloso de mi, fui tan bondadosa con una mujer que por mas que me golpeó no la mordí y la maté.
El monje reprendió a la cobra diciéndole:
_ “Si hubieses sido verdaderamente bondadosa, le hubieras silbado para que ella supiera cuál es tu verdadera naturaleza: ser una serpiente, y así le hubieras enseñado que necesita ser más consciente de sus desiciones y sus actos.
El primer paso en la meditación metta de amistad incondicional es recordarnos ofrecer esta compasión ilimitada hacia nosotros primero. ¿Qué bondad le vas a ofrecer a otros si no te la puedes ofrecer a ti mismo?”
Reflexión
No se trata de ser bondadosos y permitir que otros nos pisoteen o se salgan con la suya a costa nuestra, se trata de darnos nuestro lugar, respetarnos y aceptar lo que somos para poder practicar bondad hacia otros.