Esa noche mi esposo y mi hijo me despertaron, Mustafina estaba mal. La gatita jadeaba y estornudaba con frecuencia permaneciendo acostada todo el tiempo, no comía nada ni tenía fuerzas para caminar. Temblaba, su semblante estaba desencajado y su boquita abierta porque no podía respirar. Me miraba con ojos que me decían lo tan enferma que estaba .
Mi hijo buscó los síntomas en internet y todo parecía indicar que tenía una infección respiratoria y necesitaba un veterinario con urgencia. Gatitos de su edad era muy difícil salvarlos. No teníamos recursos para llevarla a un veterinario ni comprarle medicamentos. Me daba temor tocarla [Read more…]